Mateo

Mateo | Guía de la Semana 12

Querido lector:

Mi nivel de energía por Mateo se estaba estancando esta semana. Empecé a redactar este correo electrónico para ti, pero rápidamente me distraje haciendo algunas compras en línea y soñando despierta sobre lo que haré con la semana entre el final de este plan de lectura y la fecha prevista de llegada de este bebé. (Francamente, estos correos electrónicos se sienten como un miniparto cada semana).

¿Qué haces cuando la lectura de la Biblia empieza a parecerte una tarea pesada?

Esto es lo que hice esta semana:

  • Traté de recordar el panorama general. Recuerda que no se trata de pequeños fragmentos, sino que las lecturas diarias forman parte de una historia mucho más amplia. Es importante tener presente esa historia al leer los extractos cada día.
  • De hecho, me di permiso para alejarme por un momento. Cuando volví al texto (y al correo electrónico) un día más tarde, después de tomarme un café con leche helado, me di cuenta de que la lectura me estaba enganchado mucho más que antes. Es increíble cómo nuestros niveles de energía y nuestro estado de ánimo influyen en nuestra actitud mientras leemos.
  • Me quejé hablando de eso con alguien. La Biblia nunca fue concebida para ser leída individualmente. Eran historias que se contaban y discutían en comunidad. ¡Inténtalo esta semana!
  • También intenté tomármelo en serio. Es fácil que se me nublen los ojos en pasajes como el de la transfiguración, porque suenan extraños e inaccesibles. Si me lo tomo en serio, y pienso: «Espera, esto ocurrió de verdad. Tengo que asimilarlo», es distinto que si me limito a leerlo por leerlo.

¿Cómo está tu nivel de energía por Mateo esta semana?

Mi esperanza y mi oración para ti y para mí es que, mientras leemos, nos encontremos con Jesús de nuevas maneras y que el Espíritu Santo nos infunda vida como resultado de nuestro encuentro.

¡Feliz lectura!

Hannah Buchanan
Pastora de adultos

Acerca de la lectura:

Lunes (17:1-13)

No tengo una categoría para la lectura de hoy. Es obvio que algo importante está sucediendo, algo poderoso y extraño, pero al principio no entendí lo que significaba. Me pregunto si tú sientes algo parecido.

Recuerda que se ciernen nubes de tormenta en torno a Jesús. Juan el Bautista ha sido asesinado por Herodes y, a medida que Jesús gana fama en la región, también crece la amenaza contra él. Los discípulos están empezando a darse cuenta de que Jesús es el Cristo, pero aún no saben lo que eso significa. Y Jesús ha invitado a los que quieren seguirlo a perder la vida y tomar su cruz, un instrumento de muerte.

Jesús lleva entonces a tres de sus discípulos a una montaña alta. (¿Quizá al monte Tabor?).

¿Has leído el Éxodo con nosotros? ¿Recuerdas lo que le sucedió a Moisés en el monte, en Éxodo 19? Tómate unos minutos para leerlo. Te ayudará a comprender el significado de lo que está a punto de suceder. (Además, este es uno de esos momentos increíbles en los que vemos que toda la Escritura apunta a Jesús. No es sólo un gran libro de historias inconexas. Es la historia de Dios en acción redimiendo nuestro mundo roto).

En 17:2, Mateo nos dice: «Allí se transfiguró en presencia de ellos; su rostro resplandeció como el sol y su ropa se volvió blanca como la luz». La palabra que traducimos como «transfiguró» es la palabra griega metamorphoō, de la que obtenemos la palabra «metamorfosis». Es como si, en un instante, los discípulos vislumbraran quién es Jesús en realidad.

Aquí es donde entra en juego el pasaje del Éxodo: cuando Moisés estuvo en presencia de Dios, bajó de la montaña irradiando luz. Su rostro brillaba tanto que tuvo que ponerse un velo para no cegar al pueblo. Pero la luz de Moisés era luz reflejada, como la luna. La luz que Mateo describe de Jesús es como el sol. Jesús no es un reflejo de la gloria de Dios. Él es la gloria de Dios.

El autor de Hebreos escribió:

«Dios, que muchas veces y de varias maneras habló a nuestros antepasados en otras épocas por medio de los profetas, en estos días finales nos ha hablado por medio de su Hijo. A este lo designó heredero de todo y por medio de él hizo el universo. El Hijo refleja el brillo de la gloria de Dios y es la fiel representación de lo que él es. Él sostiene todas las cosas con su palabra poderosa […]».

¿No es hermoso?

En este momento en la cima de la montaña, Jesús está acompañado por Moisés y Elías. (Elías tuvo su propio encuentro con Dios en la cima de un monte. Puedes leer sobre ello en 1 Reyes 19).

Me pregunto qué significó para Jesús este momento de comunión. ¿Le dio una sacudida de resistencia y esperanza para el viaje hacia Jerusalén que tenía por delante?

«Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió [Recuerda, la nube es la gloria de Dios, tanto en el Éxodo como en otras partes] y de la cual salió una voz que dijo: “Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él. ¡Escúchenlo!”».

Esa palabra «escúchenlo» no sólo significa «óiganlo», significa obediencia, hacer lo que él dice.

«Este es mi Hijo, hagan lo que dice. Síganlo. Mírenlo. Estúdienlo. Sigan su camino».

Los discípulos oyen esto y se aterrorizan. Saben que encontrarse con Dios cara a cara es sin duda morir. Nadie puede estar en presencia de Dios y vivir. Excepto aquí. ¿Por qué?

«Pero Jesús se acercó a ellos y los tocó. —Levántense —dijo—. No tengan miedo. Cuando alzaron la vista, no vieron a nadie más que a Jesús».

Es la presencia de Jesús, el Salvador, la que hace posible que estén en presencia de Dios y vivan para contarlo. Jesús, sólo Jesús.

Preguntas:

  • ¿Qué has aprendido sobre Dios al estudiar a Jesús a través de nuestra serie en Mateo?
  • Imagina que te dicen estas palabras: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él. ¡Escúchalo!». Sabiendo que escuchar es obedecer, ¿cómo te desafiarían estas palabras a crecer?

Martes (17:14-23)

El hombre de esta historia me llega al corazón.

«Señor, ten compasión de mi hijo. Le dan ataques y sufre terriblemente. Muchas veces cae en el fuego o en el agua. Se lo traje a tus discípulos, pero no pudieron sanarlo».

Muchos de ustedes saben lo que se siente al suplicar a Dios en nombre de un niño que sufre. Es como una agonía. Y este hombre es tan vívido en su descripción, ¡ su hijo corre el riesgo de ser quemado vivo o ahogado! Imagínate cómo debía cuidarlo y cómo el miedo lo atormentaba.

Jesús responde de forma gutural: «¡Ah, generación incrédula y malvada! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme acá al muchacho».

Me pregunto, ¿se está lamentando con el padre? ¿En voz baja? ¿O sobre los discípulos, que no podían sanarlo? Jesús está ciertamente desanimado y frustrado, tal vez, incluso impaciente, porque sus discípulos aún no pueden expulsar a los demonios. Les dice que su fe es poca. Y que si tuvieran fe como el grano de una semilla de mostaza, moverían montañas.

Entonces, ¿cómo hacemos crecer la fe del tamaño de un grano de mostaza?

Honestamente, este pasaje me hace sentir realmente inadecuada. ¿Tengo fe suficiente para mover una montaña?

Es una metáfora. Un grano de mostaza es minúsculo pero lleno de potencial. Una montaña es enorme; cuando Jesús dice que una fe pequeña puede mover montañas, quiere decir que incluso una fe pequeña tiene el potencial de superar obstáculos enormes (como expulsar a un demonio).

N. T. Wright comenta: «El secreto, por supuesto, es que el tamaño de la fe no es importante; lo importante es el Dios en el que crees [...], la más pequeña oración al único Dios verdadero producirá grandes cosas; la veneración más elaborada a un “dios” de tu propia creación, o incluso de otro, será inútil, o incluso peor que eso».

El grano de mostaza no crece ni alcanza su potencial (ni mueve montañas) si no se planta.

Así que quizá el desafío para ti y para mí sea el siguiente: ¿estamos plantando realmente la semilla de mostaza? ¿O, por miedo a que no brote nada, la guardas en tu bolsa de semillas? ¿Realmente estoy orando el tipo de oraciones que podrían sanar a la gente? ¿O mis oraciones son pequeñas y superficiales? ¿Me presento con fe, dispuesta a conversar con desconocidos en la tienda porque creo que Dios podría utilizarme en su vida (o a ellos en la mía)? ¿Cuáles son los pequeños actos de fe que necesitamos sembrar hoy porque Dios quiere utilizar nuestra fidelidad para mover montañas?

Al final de esta sección, Jesús vuelve a predecir su muerte y resurrección. Se nos dice que los discípulos estaban muy afligidos por la noticia.

Me pregunto si no creían que iba a resucitar. Si él volverá a la vida, ¿qué hay que temer? Tal vez pasaron por alto ese detalle tan importante.

Preguntas:

  • ¿Cómo crees que Jesús está invitando a tu fe a crecer en esta temporada?
  • ¿Cómo puedes plantar hoy en el mundo una fe del tamaño de un grano de mostaza?

Miércoles (17:24-26)

El impuesto de dos dracmas era un impuesto judío que todo varón judío de entre 20 y 50 años debía pagar para el mantenimiento del Templo y su conservación. (Lee Éxodo 30:13). Al parecer, Jesús se había retrasado en sus pagos. El recaudador se acerca a Pedro y le pregunta: «¿Su maestro no paga el impuesto del Templo?».

Cuando Pedro se enfrenta a Jesús por esto, Jesús le pregunta: «Los reyes de la tierra, ¿a quiénes cobran tributos e impuestos: a los suyos o a los demás?».

Se creía que el Templo era la casa de Dios. Así como los hijos de los reyes no pagan impuestos al imperio, tampoco el Hijo de Dios paga impuestos a su padre. Jesús no está tratando de dirigir el sistema y animar a otros a hacer lo mismo; él está estableciendo un punto sobre su identidad como hijo de Dios.

De todos modos, paga el impuesto para evitar un altercado con las autoridades. Pero puedes estar seguro de que esto no pasó desapercibido para quienes lo rodeaban.

P. D. En aquella época no circulaban monedas de dos dracmas, por lo que a menudo dos adultos iban juntos y pagaban un siclo, que valía cuatro dracmas. Por eso Jesús le dice a Pedro que encuentre el siclo en la boca del pez; que lo use para cubrir el pago de los dos.

Preguntas:

  • ¿Qué revela este pasaje sobre la actitud de Jesús hacia el Templo como institución? (Veremos cómo se desarrolla esto en los próximos capítulos, antes de su arresto).

Jueves (18:1-9)

¿Conoces el eneagrama? Yo soy el eneatipo 3, que se llama «el triunfador». Cuando veo un pasaje titulado «¿Quién es el más grande?», saco papel y un bolígrafo, lista para tomar notas y ponerme manos a la obra. Yo sería totalmente la discípula acurrucada junto al Maestro Jesús, preguntando disimuladamente: «¿Y cómo puedo llegar a la cima en este nuevo reino tuyo?».

Por eso es tan chocante la respuesta de Jesús:

«Él llamó a un niño y lo puso en medio de ellos. Entonces dijo:
—Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Por tanto, el que se humilla como este niño será el más grande en el reino de los cielos».


¿Perdón? ¿Tengo que ser como un niño? ¿Por qué?

Esta es mi mejor suposición:

Mis hijos viven el momento presente. Están inmersos en lo que tienen a mano, no les preocupa el futuro.
Lo único que quieren es estar bien pegados a mamá o papá. Cuando estamos cerca, están contentos.
Mis hijos no fingen ni posan (todavía). Simplemente son así. Son sinceros y divertidos, y saben definir la realidad con mucha claridad.
Siguen siendo tan inocentes. No han sido heridos, corrompidos o deformados por el mundo.
Cuando Jesús nos insta a cambiar y volvernos como niños, nos está invitando a establecer un vínculo seguro con nuestro Padre celestial en una postura de confianza, apertura y presencia. Así es como entramos en el reino.

A continuación, Jesús se pone serio respecto a llevar a la gente (como a este niño pequeño, literalmente, pero extendiendo también la metáfora de la niñez) al pecado:

«Pero si alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar».

¿Por qué crees que dice esto en términos tan severos?

Suena extremo hasta que considero lo que me gustaría que le pasara a cualquiera que atrajera a mis propios hijos a la oscuridad, al engaño y al pecado. Yo también buscaría piedras de molino.

Jesús no juega con el pecado. Dice que estaríamos mejor sin un ojo, una mano o un pie que enredados en el pecado. Utiliza un lenguaje intenso para que no minimicemos o restemos importancia a la naturaleza destructiva del pecado (¡algo que todos tenemos tendencia a hacer!).

Preguntas:

  • ¿Quién te ha atraído al pecado? ¿Ya sea por invitación/asociación directa o hiriéndote de tal manera que recurres al pecado?
  • ¿A quién puedes estar atrayendo al pecado? ¿Intencionada o involuntariamente? Dicho de otro modo, ¿a quién le estás dificultando hacer lo correcto
  • Cuando ores hoy, pídele a Dios que te muestre cómo puedes ser más como un niño en tu relación con él. (Además, recuerda que hay una diferencia entre ser infantil y ser como un niño).

Viernes (18:10-14)

Me ENCANTA la parábola de hoy. Es una ventana tan clara al corazón de Dios. Se deleita cuando encuentra a uno de sus hijos descarriados. Pero es más que eso: Dios sale a buscarlos. Persigue al que se ha descarriado.

La advertencia para el resto de nosotros (las 99) viene a continuación de estas advertencias al pecado (lectura de ayer): «¡No hagan que se descarríe!».

Si no has escuchado Amor sin condición a la luz de esta parábola, hazlo ahora. Tendrá mucho más sentido. Deja que esta letra te inunde.

Preguntas:

  • ¿Con quién te identificas más? ¿Con las 99 o con la perdida? ¿Por qué?
  • Si eres la perdida, ¿cómo ves a Dios en acción, persiguiéndote para llevarte a casa con su rebaño?
  • Si estás entre las 99, ¿cómo es tu actitud hacia la perdida?
  • ¿Qué te dice esta parábola sobre el corazón de Dios? Cuando ores hoy, pídele que tu corazón se parezca más al suyo.

Profundiza

Preguntas de debate

  • ¿Qué parte de la lectura de esta semana te hizo sentir reprendido?
  • ¿Qué parte de la lectura de esta semana te hizo sentir reconfortado o animado?
  • En la medida en que te sientas cómodo con tu grupo, dedica tiempo a compartir tus respuestas personales a las preguntas diarias.
  • ¿Qué puedes comprometerte a practicar como resultado de la lectura de esta semana?