Mateo

Mateo | Guía de la Semana 10

Querido lector:

Esta semana llegaremos a la mitad de nuestro maratón de Mateo. ¡Felicitaciones!

Antes de seguir leyendo, mira este video de Bible Project que ofrece una visión general de la Parte 2 de Mateo. Sigo recordándome a mí misma que el Evangelio de Mateo nunca fue concebido para ser leído en trozos de tres o cuatro versos, al igual que Tolkien no concibió El señor de los anillos para ser leído de a cinco párrafos. Mateo escribe una historia continua sobre el nacimiento, la vida y la muerte de Jesús. Y esta semana llegamos a un punto de inflexión.

Jesús ha dejado claro, a través de sus enseñanzas y sanidades, que es el Mesías largamente esperado, pero sigue encontrando la oposición de la clase dirigente religiosa. No están dispuestos a admitir que este tipo de hombre, que vive entre los pobres, los enfermos y los pecadores, pueda ser el hijo de Dios. Así que Jesús adopta otro enfoque: empieza a enseñar con parábolas.

Las historias tienden a permanecer en nuestras mentes y corazones más tiempo que las lecciones, y Jesús es un maestro narrador. Eso es una parábola, una historia con un significado que se desarrolla y se hace más claro cuanto más tiempo se deja macerar. Jesús concluye muchas de sus parábolas diciendo: «El que tenga oídos, que oiga», con lo cual nos dice: «Reflexiona. Mastícalo. Compréndelo».

Como Jesús no explicó en detalle el significado de cada parábola, yo también me libero de la presión de explicarlas todas. Ése es en cierto modo el poder de las parábolas; son mejores si las vas descifrando a lo largo del día. Mientras lees esta semana, deja que las parábolas se revelen en tu pensamiento. Cuando te sientas atascado, deja que la historia respire. Y pídele a Dios que te dé oídos para oír.

¡Feliz lectura!

Hannah Buchanan
Pastora de adultos

Acerca de la lectura:

Lunes (13:1-23)

Esta historia se trata de un granjero (el sembrador) que sale a esparcir semillas. Las semillas caen en cuatro tipos diferentes de tierra.

En realidad, es una historia sobre cómo la gente recibe la noticia de que el reino de Dios está aquí. Jesús nos interpreta la historia.

Tim Keller ha sido uno de los predicadores más influyentes en mi formación espiritual. Escucha su sermón sobre la parábola del sembrador haciendo clic aquí. Su descripción del reino de Dios en los primeros cinco minutos vale la pena.

Preguntas:

  • Tómate un momento para esbozar cada uno de los cuatro tipos de tierra y qué tipo de respuesta al reino representa cada una. ¿Qué tierra describe con mayor precisión cómo has respondido a Jesús y su reino?
  • Tómate un momento para describir una semilla. ¿Qué es? ¿Qué hace? ¿Como funciona?
  • ¿Por qué es significativo que Jesús compara el reino con una «semilla» y no con una roca o un palacio o algo más grandioso que una semilla?

Martes (13:24-43)

En la lectura de hoy, Jesús compara el reino de los cielos con un hombre que siembra la buena semilla, un hombre que sembró una semilla de mostaza y una mujer que usa levadura para hacer pan. Cada uno de esos elementos es pequeño y discreto, pero penetra, arraiga y transforma todo lo que lo rodea. Eso es lo que está diciendo acerca de sus buenas noticias de que Dios reina.

A medida que el evangelio echa raíces en nuestras vidas, su impacto en cada aspecto de nuestras vidas: cómo amamos, cómo damos, cómo servimos, cómo trabajamos, qué miramos, qué consumimos, todo, se transforma. Y el resultado de nuestra transformación es una bendición para el mundo.

Lo admito, en cierto modo me opuse a la explicación de la parábola de las malas hierbas. «¡¿Quieres decir que algunas personas realmente van a ser quemadas en el horno de fuego?! ¡¿Qué personas?!».

Luego miré por el ventanal de mi sala de estar y vi que no logré mantener los maseteros de flores en el patio delantero de nuestra nueva casa. Hay un puñado de hermosas flores abiertas (que no planté), rodeadas de pasto y otras malas hierbas, que parecen crecer minuto a minuto. Tengo toda la intención de salir, arrodillarme y arrancar las malas hierbas para que las flores tengan espacio para respirar. ¿Pero qué haré con ellas una vez que las saque? Las desecharé. ¿Por qué? ¿Es porque no me gusta el pasto o no me importa? ¿Porque el pasto o las malas hierbas son inherentemente malos en el jardín? ¡No! Simplemente no son el jardín. Están ahogando lo que es bueno y bello, lo que está destinado a florecer.

Jesús está nombrando una realidad que nos incomoda: los seres humanos tienen la opción de vivir a la manera de Dios o de otra manera. Podemos crecer como él plantó y pretendió, o podemos vivir de acuerdo con lo que es correcto ante nuestros propios ojos. A medida que Dios construye su reino, preservará y protegerá lo que es bueno y hermoso, lo que está destinado a florecer. Lo que no lo está, sólo sirve para sacarlo del jardín (y convertirlo en abono, tirarlo a la basura o, en este caso, amontonarlo en el fuego).

Sin embargo, es interesante que él permita que crezcan las malas hierbas. No las retira apenas aparecen por primera vez; las deja madurar. Me pregunto si es para ver si las malas hierbas realmente seguirán siendo malas hierbas hasta el final o si cambiarán. Quizás eso sea misericordia.

Preguntas:

  • ¿Hay algo que te inquiete en estas parábolas? ¿Por qué sí o por qué no?
  • ¿Cómo influyen estas historias en tu comprensión de Jesús?

Miércoles (13:44-48)

Hay tres historias para masticar hoy: el tesoro escondido, la perla de gran valor y el pez en la red. Saborea cada una.

Primero, la parábola del tesoro escondido:

¿Quién es el hombre?

¿Cuál es el tesoro que encuentra?

¿Por qué lo cubre?

¿Y qué podría obligarlo a vender todo lo que tiene para comprar el campo?

¿Somos el hombre? ¿Es Jesús?

Muchos comentaristas interpretan que esto significa que nosotros somos el hombre, el tesoro es el reino y, una vez que lo encontramos, debemos estar dispuestos a sacrificar todo lo que tenemos para comprarlo o asegurarlo. Tal vez. Jesús no lo aclara.

Pero el reino no es realmente un bien que podamos comprar para nosotros mismos, ni algo que ganemos.

¿Qué pasaría si Jesús fuera el hombre, como lo ha sido en las cuatro parábolas anteriores? Entonces ¿quién sería el tesoro? ¿Y si somos nosotros?

En cuyo caso, ¿por qué lo cubriría? ¿Para mantenerlo seguro? ¿Para protegerlo de que alguien más lo encuentre o se lo lleve?

¿Tendría sentido esta lectura? Jesús ciertamente liquida todo lo que tiene para comprar el campo, hasta el punto de sacrificar su propia vida. ¿Qué tipo de amor lo obligaría a hacerlo?

¿Podría ser esto lo que Jesús quiso decir con la parábola?

O tal vez el reino es realmente el tesoro que debemos encontrar e invertirlo todo llenos de alegría.

¿Qué opinas?

A continuación, la parábola de la perla de gran valor:

Esta parábola parece muy similar a la anterior, excepto que esta vez se compara el reino con un comerciante en busca de perlas finas. Conoce sus perlas y encuentra una que las supera a todas. Cuando lo hace, vende todo con alegría. Sabe que obtiene algo mucho mejor que a lo que está renunciando.

Nuevamente, aquí está Tim Keller sobre La perla de gran valor. Muy bueno. Escúchalo hoy.

Si la perla es el reino, Jesús está ilustrando que no podemos recibir el reino a medias. Es un esfuerzo total. Tenemos que recibirlo con las dos manos, soltando todo aquello a lo que nos aferramos. Y lo que ganaremos en el reino supera cualquier cosa a la que podamos renunciar.

¿Y será también que somos la perla por la que Cristo lo entregó todo?

¿Y si son ambas cosas?

Por último, la parábola de la red:

Esta es similar a la parábola de la mala hierba: al final, los malvados y los impíos son separados. Los malvados no sirven de nada en el reino, por lo que son arrojados al horno (que es lo que les habría sucedido a las malas hierbas en los días de Jesús. No contaban con el servicio de recogida de basura a granel como nosotros).

Jesús continúa preguntando a sus discípulos si han entendido lo que quiere decir. A quienes dicen que sí, los invita a «sacar de su tesoro lo nuevo y lo viejo». En otras palabras, deben salir y mostrar a otros cómo las historias y profecías del pasado se cumplen en lo que está sucediendo ahora en Jesús.

Nuestra lectura de hoy concluye con Jesús, que aparece en su ciudad natal, enseña en la sinagoga y es recibido con total incredulidad y desprecio: «¿No es acaso el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No están con nosotros todas sus hermanas?».

¿Sabías que Jesús tenía cuatro hermanos? ¿Y además más hermanas? Esto ciertamente despierta mi curiosidad sobre la dinámica familiar.

La respuesta de Jesús indica que no se lleva muy bien con sus viejos amigos de Nazaret, ni siquiera con su propia familia. «En todas partes se honra a un profeta, menos en su tierra y en su propia casa». La dura dinámica familiar es un pensamiento nuevo para mí. Simplemente asumí que Jesús tenía una gran vida hogareña, pero supongo que me lo inventé... ¿eh?

¿Cuáles son todas las posibles razones por las que la gente de Nazaret podría haberse ofendido con él?

«Y por la falta de fe de ellos, no hizo allí muchos milagros» (Mateo 13:58).

Me pregunto: «¿Qué obras poderosas han sido obstaculizadas por mi propia incredulidad?».

Preguntas:

  • ¿Qué te molesta al leer estas parábolas?
  • ¿Cómo respondes a esa molestia?
  • ¿Cómo cambia tu visión de Jesús al leer estas palabras sobre la familia de Jesús? ¿Cambia en algo cómo entiendes a tu propia familia de origen?

Jueves (14:1-14)

Este pasaje es rico en detalles y está cargado de emoción.

Requiere menos interpretación que imaginación, así que no haré muchos comentarios. Lee la historia e imagina cómo le habría afectado a Jesús la noticia.

Ahora bien, ¿qué hay de destacable en la respuesta de Jesús a la noticia de la muerte de su primo?

Este momento parece un punto de inflexión en el relato de Mateo. Después de Nazaret, Mateo ya no menciona a Jesús enseñando en la sinagoga. Se aleja cada vez más de las estructuras tradicionales del judaísmo. Habla con mayor pasión y frustración ante la incredulidad de la gente (al menos lo hará en las lecturas de la semana que viene). La tensión aumenta a medida que Jesús se enfrenta a un escrutinio cada vez mayor por parte de los poderosos de Israel.

Una nota antes de sumergirnos mañana en el resto de la historia: Herodes es literalmente el rey de Israel. La historia que Mateo acaba de contar trata de lo que sucede en su banquete. La historia que está a punto de contar también trata de lo que sucede en una comida. Está presentando un contraste directo de los dos tipos de reinos: el reino de Dios (representado por Jesús) y el reino de este mundo (representado por Herodes). ¿Qué diferencias observas?

Observa este contraste mientras sigues leyendo.

Preguntas:

  • ¿Por qué se sentiría Herodes amenazado por Jesús?
  • ¿Qué tipo de reino establece Herodes, el rey de los judíos?

Viernes (14:15-36)

La alimentación de los 5000 y cómo Pedro camina sobre las aguas son dos de las historias más emblemáticas del Nuevo Testamento, pero no se suelen predicar (o leer) como una historia continua. Léelas juntas y tómate tu tiempo para hacerlo.

Al final de esta secuencia de acontecimientos, los que estaban en la barca (que llevaban tiempo siguiéndolo) lo adoran, diciendo: «Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios». ¿Qué crees que es lo que finalmente los convence de que Jesús es el verdadero Rey?

Al terminar la lectura de esta semana, hay algo que me llama la atención: si esto es real, o sea, si esto realmente sucedió, Jesús supera a cualquier superhéroe de Marvel existente. Es alucinante pensar que se trata de hechos históricos. Y si son ciertos, entonces Jesús es digno de todo lo que tenemos, de toda nuestra lealtad. Si no estuviera tan lleno de compasión y gentileza, francamente, estaría un poco aterrorizada.

¿Y tú? ¿Crees en estas cosas? Y si son ciertas, ¿qué crees que nos pide la historia?

Preguntas:

  • Dos veces en el capítulo 14, se nos dice que Jesús se retira a un lugar solitario. ¿Qué nos dice esto sobre Jesús?
  • Si has leído alguna de estas historias antes, ¿qué te llama la atención al leerla hoy que no hayas notado antes?
  • ¿Crees en estas historias? Si es así, ¿qué crees que exigen de nosotros? (Si no crees en ellas, ¿por qué no?).

Profundiza

Preguntas de debate

  • ¿Qué parte de la lectura de esta semana te hizo sentir reprendido?
  • ¿Qué parte de la lectura de esta semana te hizo sentir reconfortado o animado?
  • En la medida en que te sientas cómodo con tu grupo, dedica tiempo a compartir tus respuestas personales a las preguntas diarias.
  • ¿Qué puedes comprometerte a practicar como resultado de la lectura de esta semana?